La misión de la cantante barranquillera Shakira en el planeta va mucho más allá que un buen movimiento de caderas en los escenarios de las principales ciudades de Estados Unidos o Europa. Su labor social traspasó las fronteras de Colombia y abarca países con necesidades tan apremiantes como Bangladés.
Las alas de su imperio filantrópico acaban de arropar a cinco mandatarios del continente que asistieron por invitación del reconocido economista Jefrey Sachs a la cátedra de la Universidad de Columbia, donde por iniciativa de la artista colombiana se comprometieron en la Asamblea de la ONU a consolidar la educación en sus países de origen.
Además de cumplir con los conciertos promocionales propios de su labor en la agenda de Shakira, como embajadora de la UNICEF, figuran encuentros con líderes mundiales de la política, la economía, los negocios y el arte. Estas reuniones no solo se desarrollan en otros lugares del planeta, sino que varias tienen su epicentro en Colombia.
Recientemente llevó a Howard Buffet, el hijo de Warren Buffet, el hombre más rico del mundo, hasta el departamento del Chocó, donde funciona una de sus escuelas. También convirtió en su aliado al multimillonario mexicano Carlos Slim, quien participó en la creación de la Fundación Alas.
La Fundación Pies Descalzos se ha convertido en toda una multinacional filantrópica que cada vez alcanza mayor tamaño y recibe donaciones provenientes de organizaciones multilaterales, gobiernos y ONG.
Shakira y María Emma Mejía, directora de la Fundación, resolvieron constituir una junta directiva en la que estuvieran presentes algunos de los empresarios y expertos en responsabilidad social más importantes del país, como es el caso de Alejandro Santo Domingo, Bruce Mac Master, Samuel Azout y Antonio Celia, quienes han dado una orientación estratégica centrándose en el tema de la educación temprana, con el fin de cumplir con uno de los objetivos más importantes de las Metas del Milenio.
En estos cinco años de vida, la Fundación Piez Descalzos ha logrado recaudar alrededor de US$15 millones. Por ello se ha encaminado a la corporativización, con auditorías de transparencia para el manejo de los recursos. “Las fundaciones trabajan en el mercado de las necesidades, el cual se cruza con el mercado de los recursos”, afirma Bruce Mac Master, presidente de la junta directiva.
En este esquema global de ayudas, Shakira está creando una tercera Fundación desde los Estados Unidos, para canalizar los recursos que el país del norte destina para la filantropía –es el mayor donante del mundo–. Estos recursos han sido denominados 50IC3, los cuales reciben estímulos tributarios del Gobierno cuando están destinados a donantes por fuera del territorio norteamericano.
Modelo para replicar
Además de los cuatro colegios que maneja la Fundación Pies Descalzos, de los programas de apadrinamiento de niños y de mejoramiento de ingresos, hace poco se inauguró el quinto colegio de la Fundación, ubicado en el corregimiento de La Playa, en Barranquilla, el cual propone un modelo innovador, donde interactúa el Gobierno municipal y la fundación. Este colegio tiene una inversión de $12.000 millones y atiende a1.800 niños.
La institución manejará un currículo propio, con metodologías educativas de vanguardia, donde se enfatizará en los talentos de los niños de menores recursos, en su mayoría con énfasis en la danza, el canto y las artes; la educación será bilingüe. El colegio se construyó con recursos provenientes de la Comunidad de Madrid, la Fundación RTL-Stiftung, de Alemania; Hard Rock Café y SEAT.
Para Samuel Azout, reconocido empresario barranquillero, “en Colombia hay mucho espacio para mejorar en estos temas. Por esto, la concentración del trabajo de Pies Descalzos es Colombia. Sin embargo, el modelo es de alto impacto y en el futuro pudiera ser implementado en otros países”.
El poder de convocatoria que tiene Shakira en el mundo es muy grande. Esto, unido a la transparencia y a los resultados mostrados a la fecha, ha incrementado el número de donantes. El programa de apadrinamiento cuenta con 240 niños con padrinos ubicados en todos los lugares del mundo. Estas personas sienten cada vez más confianza de que su dinero será bien utilizado y de que sus tarjetas de crédito no serán clonadas. “La confianza en la Fundación Pies Descalzos ha generado relaciones sólidas y perdurables”, afirma Antonio Celia, miembro de la junta directiva, quien tiene muy buena experiencia en procesos educativos a través de los logros obtenidos en la Fundación de Promigás, que él preside.
Los resultados de la Fundación Pies Descalzos ponen en evidencia la eficacia del modelo aplicado. Estos empresarios han puesto en práctica lo aprendido en cada uno de los procesos de gestión de sus empresas y fundaciones; por eso, la voz de Shakira se multiplicará y se oirá con más fuerza en todos los lugares del mundo donde haya personas necesitadas y niños con hambre.
“Nací para algo más que cantar”
PODER: Su obra filantrópica se ha centrado en el tema educativo. ¿Cuántos colegios aspira a crear en Colombia y cuál es la meta de niños a los que espera llegar?
SHAKIRA: Yo aspiro a llegar a muchos niños que lo necesitan, pero debo concentrarme en hacer bien las cosas que emprendo. En Colombia, nuestra atención se ha centrado en el Chocó, en Barranquilla –ciudad donde nací– y en Bogotá, en Altos de Cazucá, donde existe el mayor número de desplazados del país. Quisiera que algún día se acabara el conflicto en Colombia y poder apoyar más iniciativas en el extranjero; pero mientras existan problemas en mi país, será aquí donde enfatizaré mi trabajo. Siento que estamos rompiendo el círculo vicioso de la pobreza, sobre todo en el tema del desarrollo infantil temprano, mejorando la nutrición en niños de cero a cinco años.
P.: ¿Existe conciencia mundial sobre la problemática colombiana o, por el contrario, es muy difícil obtener ayudas para programas por desarrollar en el país?
S.: Obviamente que la imagen de Colombia ha cambiado mucho. Al comienzo, cuando empecé a realizar mis giras, había sarcasmo en las preguntas y no faltaba la relación con el tema de las drogas. Hoy puedo afirmar que esto ha cambiado. Se habla de Gabo, de la belleza de las mujeres colombianas, de Juanes. Nuestra cultura ocupa cada vez más titulares positivos en los periódicos del mundo. Siento que ahora hay mejor comprensión y reflexión. Por eso cuando toco las puertas para recoger fondos, siempre he encontrado las puertas abiertas para el apoyo.
P.: Su influencia filantrópica ha traspasado las fronteras de Colombia. ¿Qué otros países se están beneficiando con sus programas?
S.: A Colombia siempre la llevo en el corazón y el reto del megaproyecto del colegio de Barranquilla lo confirma. Sin embargo, el ser embajadora de buena voluntad me obliga a recorrer el mundo conociendo otros problemas. Viajé a Bangladés a raíz de las inundaciones que sufrieron. La labor con Alas, en Panamá, la reciente visita a Chile, el foro con los presidentes en Nueva York y la reunión con las Maras en El Salvador forman parte de mi agenda. En la medida en que crezco como artista, mi tarea filantrópica también crece.
P.: Esta labor la llena de satisfacción como persona. ¿Por qué?
S.: Soy consciente de que nací para algo más grande que cantar. Ver el crecimiento de los niños me causa gran alegría. Siento que tengo como 6.500 niños adoptados. Me siento como una artesana de la paz, donde el instrumento más importante es la educación. Esto me hace completamente feliz.